jueves, 2 de julio de 2009
EL PODER DE LAS PALABRAS
jueves, 18 de junio de 2009
Cuando querer no es poder
lunes, 25 de mayo de 2009
De frio hielo y ardiente fuego
miércoles, 20 de mayo de 2009
Caminando entre brumas
lunes, 11 de mayo de 2009
La espiral del silencio
jueves, 30 de abril de 2009
Las cloacas de internet ( III y ultima parte)
viernes, 24 de abril de 2009
Velos de tristeza
lunes, 30 de marzo de 2009
Las cloacas de internet (II Parte)
De esa forma me ví metida en una historia que no iba conmigo y que iba a terminar trayéndome un sinfín de sinsabores. Un sábado por la mañana Andrea había quedado para comer con Dani, yo me encontraba terminando un escrito en mi ordenador cuando, ella abrió mi ventana y empezó a zumbearme a sabiendas de cómo odio ese sonido estridente. Deje mi relato a mitad y me dispuse a contestarle, pero ella escribía compulsivamente, tenia que releer cada frase dos y tres veces porque no entendía su significado. Al final pude sacar en claro que Dani no había pasado a recogerla, que ese fin de semana a la niña no le tocaba ir con su padre, pero ante la insistencia del chatero de pasar juntos el fin de semana, lo había llamado para que se hiciera cargo de Carolina, y ahora llevaba más de dos horas de retraso y no lo localizaba en ningún sitio, ya había hablado con Irina por teléfono y yo era su siguiente y paciente victima.
Y de esa forma se gestó uno de los sábados mas angustiosos de mi vida, con ella colgada al msn, y zumbeando con insistencia a cada diez minutos y telefoneando cada hora. Tenía ganas de estrujar la garganta de Dani, porque mi sábado se estaba convirtiendo en una pesadilla y a saber en que juegos andaría metido él. Hacía tiempo que recelaba de esa perfección tan absoluta que desplegaba. A las nueve de la noche, Andrea me envió un mail para decirme que al final lo había localizado, que había tenido que cambiar los planes y le había escrito un mail que no sabía porque no había recibido. Pero ello lejos de tranquilizarla la puso más nerviosa todavía, al ver reproducidos en su amante virtual los mismo defectos de los que hacia gala su ex marido, Le invadió una sensación de desesperanza, pasaría el domingo también sola porque su orgullo le impedía telefonear a su todavía marido para recoger antes a Carolina.
Recibí la última llamada a las tres de la madrugada, y le supliqué que no llamara de nuevo porque iba a impacientar a mi marido, que esas no eran horas de llamar a las casas, y que intentara dormir que seguramente cuando el sol le acariciara el rostro vería las cosas de otra forma. Al fin logre dormir un rato, dándole vueltas a los cabos sueltos que tenía esa historia, que en aquellos momentos me parecían numerosos y graves. Intente hablar con ella al día siguiente y me encontré con su hermetismo cuando quise avisarle de los juegos de Dani, con una risita sarcástica me acusó de haberme enamorado de su chico y de no soportar que ella fuera la elegida, no podía entender nada, que había cambiado en aquellas horas, para que le hubiera dado un vuelco tan grande a los acontecimientos.
Había cerrado filas con Irina quien también estaba soportando como podía el mal humor del que Andrea hacía gala cada vez con más frecuencia, de nuestras conversaciones cada vez mas intimistas pudimos esclarecer que la mentira formaba parte de esta historia por ambas partes, que no solo Dani escondía muchisimas cosas, si no que Andrea nos contaba una versión distinta a cada una. Aquello supuso un duro golpe para mi, quizás porque en mis relaciones humanas solo exijo sinceridad, porque si una verdad es capaz de herir, una mentira es capaz de matar. Aún no se porque continué viviendo esta gran farsa sin destapar a ninguno de los protagonistas, a la espera de que alguno de los dos cometiera un fallo, pero pasaban los meses y los fallos no se producían, aunque por suerte él se percato del peligro que suponía para su coartada y se apartó de mi.
Andrea al no tener competencia se había relajado un poco, nos contaba con entusiasmo las atenciones que le prodigaba, lo cariñoso que era cuando pasaban juntos los fines de semana, lo caballeroso que era con su hija, siempre intentado incluirla en sus escapadas porque para el era importante que la niña se habituara a su presencia. Planeó un viaje a Barcelona para conocer a Irina, pero la relación de esta con Dani se había deteriorado tanto en los últimos meses que la catalana le ofreció su domicilio únicamente si el no la acompañaba, aquello la entristeció profundamente. Al final fue el quien no pudo viajar y allanó la senda entre las dos amigas.
El teléfono me despertó del aletargamiento en el que me había sumido después de una copiosa comida, dormían la siesta y yo disfrutaba de un buen libro sentada en el sofá, la voz de Irina me sobresaltó, lloraba y se ahogaba cuando intentaba hablar, intenté tranquilizarla, y cuando al fin pudo expresarse la sangre se me heló en las venas. Tal y como habíamos comentado los últimos meses algo cojeaba en esa mujer, como a la catalana le gustaba decir, le habían vendido una moto que no existía, y se había quedado sin el vehiculo y con una gran deuda. El paso de Andrea por Barcelona supuso el final de la amistad entre aquellas dos mujeres. Demasiadas mentiras puestas al descubierto de la forma más burda, y menos elegante posible.
Irina empezó a sospechar que esas mentiras iban mucho mas allá y que bajarse del tranvía en ese momento del trayecto posiblemente fuera lo más acertado, teniendo en cuenta su precaria salud, necesitaba tranquilidad y ninguno de sus amigos se la ofrecía. Hablo conmigo para comunicarme que iba a eliminar a casi todos del messenger y que agradecería que no diera información sobre ella, ni que le comentara nada de la parejita de tórtolos. Pero que sobre todo me andara con cuidado porque seguro que ahora intentarían encontrar otra cabeza de turco a la que martirizar.
No se equivocó en casi nada, ambos desplegaron un encanto desconocido, unas atenciones que me resultaron sospechosas, su intención averiguar cuanto sabía sobre Irina y de la visita que Andrea había hecho a Barcelona, me mantuve firme a mi promesa y me hice la tonta, acabe descubriendo que se me da mejor de lo que pensaba. Una mañana Dani me abrió una ventana, sus palabras fueron escuetas, lástima que no nos hayamos conocido en otro contexto, pero eres demasiado lista. La de vueltas que le habré dado a la frasecita , que preconizó un silencio que aún hoy dura. Antes de cerrar la única via de comunicación que le unía a mí sentenció, NO TODO ES ORO LO QUE RELUCE EN ANDREA, NO ME DEMONICES SOLO A MI. Aquello me dio mucho que pensar e intente apartarme de los dos, ahora que Irina me había dejado sola en el tranvía me pesaba en exceso la responsabilidad.
Con el paso de los meses y a pesar de que Andrea no se prodigaba seguí descubriendo mentiras, embrollos y sobre todo el precario estado mental en el que la madrileña parecía incurrir, perseguía por el chat a las amigas de las que se había separado por propia voluntad, les exigía ser escuchada cuando la historia carecía de pies y cabeza, y de nuevo y contra mi criterio me vi abocada a subirme de nuevo al tranvía que había abandonado para salvaguardar mi integridad física y mental, pero Sandra me necesitaba o se iba a volver loca con tanta persecución, me suplicaba que le aconsejara yo que sabía la historia de primera mano. Creí morir en el instante en que me suplicó que no la dejara sola ante aquella mujer que había perdido el norte. Muy a mi pesar le tuve que confesar que Andrea bebía y que vivía en un mundo inventado, que Dani quizás solo huía ahora de un engendro, porque a Andrea la situación se le había escapado de las manos, pero ni yo creía esa afirmación. Sabía que ella hacia años que se había dado a la bebida y que últimamente empinaba la botella mas de lo habitual, que había asustado a más de un contacto al ponerles la cámara en estado ebrio y haber caído de bruces, a pesar de haberme bajado del tranvía me seguían llegando noticias y no eran nada tranquilizadoras. Pero decidí apoyar Sandra en estos momentos que para ella estaban siendo muy duros.
lunes, 23 de marzo de 2009
Las cloacas de internet ( I Parte)
martes, 10 de marzo de 2009
La vida en un par de segundos
jueves, 5 de marzo de 2009
Soledad
Amiga y compañera algunas veces
enemiga enconada las mas
te instalaste en mi alma
a muy temprana edad
Me hiciste saborear la dulce
amargura de la hiel...
perdi tanto, que encontrarte
fue un consuelo, Soledad
Hoy mi pluma tantos años olvidada
te rinde merecida pleitesia
Todos mis pensamientos terminan
en tu dulce morada
Llenaste mi vida en momentos
de amargura y dolor
creaste una realidad paralela
amiga Soledad...
Siento que nado contra corriente
inconformista, realista
dando bandazos constantemente
en una sociedad materialista
y egoista que no piensa mas que
en si misma
Me siento perdida en altamar,
rodeada de un sinfin de amigos
que pugnan por liberarme
por arrebatarme de tus garras
y llevarme de nuevo a pleamar
Si te busco te encuentro presta a mi vera
si me escondo, te alejas
me das traicionera tregua
sabedora que tus brazos acunaran
mis desvelos, retornara
mi dolorida alma a tu triste guarida
Añoro la inocencia arrebatada
la risa facil y sincera
añoro la dulzura de mi mirada
y desearia olvidar la frialdad
ese frio en el alma
que solo calma la Soledad
martes, 24 de febrero de 2009
El devorador vacio de la soledad
Pero algo había cambiado ese trimestre, su clase era mayoritariamente femenina, los pocos chicos se defendían como podían de aquellas harpías de lengua afilada. El maestro a fin de ilustrar el tema que estaban dando había solicitado fotos que ilustraran las fiestas de la barriada en la que estaba ubicado el colegio, para ella era fácil, sus padres se habian criado en esa zona y la abuela las tenía a montones. Fue la que más fotos aportó a la exposición, pero allí mismo empezó su viacrucis, en una de las fotos se podia ver a su madre vestida con el traje regional de Valencia, un precioso vestido de fallera, que realzaba su entonces esbelta figura.
Las chicas pillaron su punto débil y hurgaron en él a conciencia, el que la llamaran pija y le hicieran el vacio, parecía no afectarle ya, pero el que le dijeran que terminaría tan gorda como su madre con cara de asco le dolía en exceso, si ella había cogido tanto peso se debía a un problema de tiroides y no parecia no darle ninguna importancia, de ello no daba muestras de tener complejos y vestía dentro de sus posibilidades con lo que le gustaba. No recordaba que día había dejado de quererse, que día se había diluido su percepción de la realidad. No se puede decir que fuera guapa, o al menos ella no lo consideraba así, pero si era rubía y tenía unos preciosos ojos azules y estaba delgadisima quizás incluso demasiado, pero eso no preocupaba a su entorno porque comía todo lo que le apetecía y era golosa en exceso, quizás por ello los insultos de sus compañeras hicieron mella en ella.
A sus escasos siete años había descubierto que la imagen era muy importante, si ella sufría un cambio como el de su madre sería su final, ese miedo terrorífico y el hecho de sentirse tan sola, la abocaron a un camino sin retorno, comenzó a frecuentrar la compañía de ana y mía, posiblemente más peligrosa que cada una por separado. Le resultaba dificil por no decir imposible burlar la vigilancia férrea de su madre a la hora de las comidas, pero era fácil esconderla cuando se encontraba en la escuela. Por ese motivo, empezaba siempre el día con mía, los desayunos en su casa eran completos, y ella lo tomaba en compañía de su hermana pequeña sin rechistar, al llegar al cole y antes de entrar en el aula, pasaba por el baño y vaciaba su estomago.
De esa forma se enfrentaba a dos horas de clase y luego entraba ana en escena, siempre había compartido el almuerzo con sus compañeros, su madre era una excelente repostera, pero ahora sencillamente se las ingeniaba, para que no quedara nada en su bolsa y sin probar bocado, no le resultaba dificil, de vuelta a las clases y a esperar un nuevo suplicio en forma de suculento plato cocinado, las tripas le arañaban, pero era incapaz de comer nada, si lo hacia los remordimientos no la dejaban disfrutar de las suculencias que desfilaban ante sus ojos, asi que la escondia en sus bolsillos repletos de bolsas, allí vertía la comida y la vaciaba en las papeleras, su plan funcionaba a las mil maravillas.
Llevaba asi varios meses, su pérdida de peso empezaba a ser preocupante, su debilidad era extrema, y una mancha negroazulada se extendia por debajo de unos ojos carentes de brillo, se le había agriado el cáracter de por si risueño, y levantarse de la cama empezaba a ser un suplicio, nada de esto escapaba a los avezados ojos de su madre que con preocupación consultaba a cuanto especialista conocía. La cosa se puso fea, cuando empezo a sangrar por la nariz. Los médicos consultados no se explicaban el cambio que había experimentado la chiquilla en poco tiempo, le sugirieron que consultara con un sicologo, aunque la niña fuera reacia, quizás pudieran enfocar hacía donde dirigir las exploraciones.
Se había convertido casi una muñeca de cristal, frágil a simple vista pero su carácter se había endurecido, su aspecto era la salvaguarda contra los insultos de las niñas con las que compartía juegos, cuanto más se deterioraba su imagen más la aceptaban en su entorno. A la sicologa no le fue fácil lograr que la niña confiara en ella, poco a poco con paciencia y unos cuentos en los que mezclaba la ficcion con la autobiografía consiguió que le abriera las puertas de sus preocupaciones, un escalofrio recorrio su espalda al escuchar lo que la pequeña relataba con un frialdad absoluta y utilizando la tercera persona, como si nada tuviera que ver con ella.
Poco a poco sus mensajes fueron calando en ella, comenzó a comer poco a poco, pero mía se resistía a abandonar su presa, y le costaba mucho esfuerzo mantener en su débil cuerpo las pequeñas cantidades que le preparaban, conforme fue concienciandose y recuperandose le permitieron ver a sus padres, era un premio que a ella le sabía a gloria y le daba fuerzas para enfrentarse a los cambios que su cuerpo estaba experimentando de nuevo y a la dureza de las terapias.
Tras dos meses de angustía estuvo preparada para volver a casa, pero no tanto para enfrentarse a sus harpías compañeras, pero decidió hacer frente a la situacion como mejor pudo, los golpes de mamá sonaron de nuevo en la puerta, cuanto los había echado de menos, se desperezó, salto de la cama, miro su armario, eligio una falda vaquera un suerter azul cielo, para resaltar de nuevo el brillo de sus ojos y salió dispuesta a comerse el mundo. Al llegar a clase los chicos se volcaron en ella, las chicas se dividieron, la calma parecio reinar durante un par de días en los que volvio a notar el vacio, pero los insultos habían cesado. En ello había influido la amenza de la directora de expulsar del centro a quien se atreviera a perseguir verbalmente a la niña.
Habían pasado tres años de aquello, tres largos años, en los que fue calando en algunas de sus compañeras y sentia el apoyo incondicional de los muchachos, durante ese tiempo, no había vuelto a pensar en ana ni en mía, se veía estupenda al espejo, pero los sueños duran poco y las pesadillas se eternizan y habían vuelto a la carga, de nuevo los insultos se cebaron y el fantasma de la gordura se cernía sobre ella, había hecho intentos de dejar de comer de nuevo, sin embargo esta vez contaba con aliados que hicieron frente comun con ella y le impidieron cometer de nuevo esa tontería, solo había ocho chicos en la clase, pero fueron suficientes para infundirle el suficiente valor para afrontar el día a día sin tener en cuenta ese fantasma que podía no llegar a afectarle nunca.
Tan solo dos meses antes la sonrisa se había borrado de su rostro, ahora comprendía que la envidia era mala consejera y que sus compañeras se habían rendido a sus pies por no poder disfrutar de lo que ella tenía, aprendió que lo importante era quererse a si misma fuera delgada o gordita, que solo de esa forma los demás terminarian aceptandola, y que el universo femenino en torno a los diez u once años no se limitaba a esas doce malcriadas que poblaban su colegio. Comprendió que debía sobrevivir en ese terreno hostil, que ello la haría mas fuerte y comenzó a establecer lazos en otros ambientes, asombrándose de la cantidad de amigas que podía llegar a tener, el ser constante le sirvió para darse cuenta de que la solucion a sus problemas no estaba en refugiarse en los brazos de ana y mía, si no más bien en huir de ellos.
viernes, 20 de febrero de 2009
Música, vino y pasión entre canales
lunes, 16 de febrero de 2009
El ocaso de la crisalida
miércoles, 11 de febrero de 2009
Piel de espuma y sal
La ligera brisa ateria su cuerpo tan solo cubierto por un liviano vestido blanco, llevaba allí horas contemplando el baile de las olas que la tenían hechizada, mirando a un horizonte que igual se le antojaba incierto y desdibujado, como posible y cierto, en su cabeza daban vueltas las ultimas palabras de su padre, pero no quería que rompieran la magía del momento.