
Hacer convivir el hielo y el fuego es tarea ardua y complicada, pero cuando ambos elementos se ven abocados a compartir un mismo cuerpo y una misma alma parecen imposibles de reconciliar.... Hace años que sin saber muy bien porque un ardiente volcan y un glaciar pugnan por hacerse con el control de un alma que muchas veces vaga a la deriva. Luchando por comprender una dualidad tan extrema comenzó un baile de neurones enfiebrecidas que se daban de cabezazos contra las resistencias creadas por ambos elementos. Me sentia como el boton de una delicada flor que se abre en medio de la nieve, y lucha por mantener su frescura y que sus petalos luzcan lozanos y con todo su esplendor.
Con el discurrir del tiempo, descubri que el glaciar me protegia contra los sinsabores de la vida y era gobernado por el raciocinio, se activaba cuando percibia que algo iba a impactar con tal fuerza en mi alma que seguramente me sumiria en un valle de lagrimas o me aislaria en el desierto arido de la soledad. Un medio de defensa que impedia la construccion de altas murallas a las que era muy dada años antes, y que costaban muy poco de elevar y muchos sudores y lagrimas de derribar y que al final terminaban por anularme ,ya que ella la gran Soledad tenia el mando de mi cuadriga y gobernaba mi vida a su antojo, con mucha rebeldia y poco corazon.
El volcan casi siempre activo, era mi dulzura, mi apasionamiento, esa pequeña porcion de locura que todos necesitamos para vivir, un cumulo de sentimientos amalgamados que gobernaba con mas tino que desatino el corazon. Era la apertura a la vida, al disfrute de los colores y al goce de las pequeñas cosas que nos mantienen vivos y alegres. Cuando el volcan cogia las riendas los colores fuertes gobernaban frente a los que los iconoclastas denominan frios... los rojos y naranjas se hacian dueños de la paleta. Pero la transparencia de mi de mi forma de ser me exponia a los depredadores mas voraces... capaces de terminar con la musica y los fuegos artificiales que imperaban en mi existencia
Conciliar ambas partes de esa personalidad tan compleja como seductora es un reto que todavia hoy estoy intentando superar... unir ambos elementos sin que se aniquilen el uno al otro, Puede el fuego arder en medio de un glaciar? mi ardua tarea conseguirlo, porque ambas partes de mi yo son esenciales para mantener el equilibrio de mi alma, la mente , o el raciocinio y el corazon o los sentimientos. Y en medio de ambos una chiquitita pero luchadora mujer que intenta conseguir lo imposible, que en medio de un volcan pueda pervivir el hielo, y en medio de un glaciar pueda brillar el fuego.
Una batalla la de la mente y el corazon tan vieja como la biblioteca de Alejandria, tan manida como lo puede ser la lucha del bien y el mal, y un alma que unas veces guiada por el gelido viento y otras para la lava abrasadora se debate entre el frio y el calor....
